El conocimiento en exposición: unos cien museos dependen de universidades nacionales
Unos cien museos dependen de universidades nacionales. Son una herramienta más de conocimiento para la comunidad educativa, pero también para acercarse a la sociedad. Desde estos espacios advierten sobre la dificultad que implica depender de un presupuesto afectado por los vaivenes políticos.
Por Edgardo Nuñez
Un centenar de museos de Argentina depende de distintas universidades
públicas, tanto a nivel administrativo como económico. Estos espacios
cuentan con las ventajas y desventajas de ser gestionados por
establecimientos académicos ya que dependen, al igual que las
universidades, de los vaivenes del presupuesto educativo.
Existen algunos enormes, históricos y reconocidos mundialmente, como
el Museo de Ciencias Naturales de La Plata que fue fundado en 1884, y en
1997 declarado como Monumento Histórico Nacional. O el caso del Museo
Etnográfico, que fue fundado en 1904 y es uno de los más antiguos
pertenecientes a la Universidad de Buenos Aires y cuenta con una
colección de más de cien mil objetos.
El
arte de detener el tiempo de distintos objetos y que sean usados para
el estudio y la observación no es de lo único que se encargan los
museos. Resulta impresionante poder viajar al pasado y ver fósiles de la
Era Mesozoica, que se extiende entre los 250 y los 66 millones de años,
aproximadamente. Pero en los museos también hay objetos de la
actualidad que se utilizan, en muchos casos, para hacer actividades que
acercan al público y lo entretienen, además de enseñar.
Tal es el
caso del Museo Imaginario que pertenece a la Universidad Nacional de
General Sarmiento. En ese espacio ubicado en San Miguel se realizan
“mateadas científicas” en un intento concreto, y bien argentino, de
acercar la ciencia a la comunidad.
Claramente no todo es tan
sencillo, los administradores se encuentran con el desafío diario de
mantener en condiciones las instalaciones con el presupuesto que les
destinan las universidades. En muy pocos casos el presupuesto es basto
para satisfacer su funcionamiento, sobre todo porque parte de los
equipos que necesitan para trabajar en investigación es importado.
Vínculos con la comunidad
En
la ciudad de La Plata la comunicación y participación de los museos
entre sí se optimizó en 1997 con la creación de la “Red de museos de la
UNLP”. Empezaron sólo seis, pero ahora son 18, ya que gracias a esta red
muchas instituciones que tenían el material y la capacidad
administrativa dieron un paso adelante y crearon sus propios museos.
La
directora de la Red de Museos, Alicia Loza, precisó en dialogo con el
Suplemento Universidad que cada museo depende de su unidad académica,
pero la Red, directamente de la presidencia de la Secretaria de Arte y
Cultura, y destacó que gracias a este sistema “se pudieron hacer
congresos nacionales e internacionales, porque los museos tienen un gran
empuje en la investigación”.
Los museos de la Universidad
Nacional de La Plata son cercanos a la comunidad, y no sólo a la
educativa, también a la sociedad en general. Muchos estudiantes y
profesores trabajan en los establecimientos, realizando pasantías o
investigaciones, y en muchos casos se ponen al frente de visitas guiadas
con las que logran el acercamiento a todos los niveles, como jardín de
infantes, primarios y secundarios.
“El trabajo en los museos
depende de la unidad académica. Hay colegios universitarios que
articulan las visitas y los temas académicos. Esta conexión que existe a
través de la Red logra un intercambio igualitario, museos chicos
participan con museos grandes”, resaltó Loza.
Una de las
encargadas del Museo Imaginario, Carolina Irschick, valoró la
importancia del acercamiento de la comunidad a los museos ya que
–enfatizó- “muchos de los chicos de los barrios no habían llegado ni al
centro de San Miguel, mucho menos a Capital Federal; venir a este museo
es salir y conocer, y eso es muy importante”.
El vínculo con los
estudiantes universitarios también es muy fuerte. En los últimos años
más de 200 guías circularon por los pasillos del museo, y esto les da un
empuje más a su carrera. Carolina destacó que es un doble beneficio:
“La mayoría de los visitantes son de los barrios periféricos, y cuando
llegan de los colegios los alumnos ven a dónde pueden llegar”.
También,
Irschick lamentó que se haya terminado con el programa “Ronda
Cultural”, un paseo en micro con el que llevaban a los estudiantes a
conocer tres museos. “Fue lamentable que eso se haya cortado hace unos
años”, cuestionó.
Con 16 años de antigüedad, el museo intenta
administrar los recursos de la forma que les permita permanecer y
crecer, aunque los tiempos económicos no siempre ayudan. Sin embargo,
creen que es un orgullo propio contar con una estructura seria de
trabajo que pueda amortiguar tanto los momentos malos como buenos.
El
Museo Etnográfico, dependiente de la Facultad de Filosofía y Letras de
la UBA, también se reconoce a si mismo como una institución que tiene
como principal objetivo el acercamiento a la comunidad. Desde la
educativa, hasta las familias y turistas. Cuenta con un aula que es
utilizada por algunas cátedras de la Universidad para dar clases, y
cientos de estudiantes que realizan trabajos de investigación con el
material que cuentan.
La museóloga y encargada del área de
conservación del Museo Etnográfico, Verónica Jeria, resaltó que es uno
de los pocos museos que tiene edificio propio, a diferencia de la
mayoría que están en el edificio de la facultad a la que pertenecen. Aun
así, el 95 por ciento de la colección se encuentra almacenada por falta
de espacio, y la colección prácticamente no sigue creciendo por el
mismo motivo.
En cuanto a los proyectos, hay muchos. En trato con distintas
secretarias e instituciones se consigue financiamiento y crecimiento.
Jeria mencionó que “uno de los más importantes es el trabajo que se
realiza por convenio con el Ministerio de Educación, Ciencia y
Tecnología hace más de tres años. El Ministerio aporta fondos por años
para realizar investigación en conservación de colecciones. Este es un
ejemplo de financiamiento estatal, pero que proviene de una entidad que
no es la habitual”.
Ventajas y desventajas de pertenecer a una universidad
Entre
varias de las desventajas que existen está la cuestión presupuestaria,
ya que depende de “tiempos políticos”. Se debe aprender a trabajar con
esos vaivenes. A esto se le suma la preponderancia que se le da dentro
de la misma institución universitaria, y la realidad es que en la
mayoría de los casos la mantención de los museos no es una prioridad
absoluta.
¿Cómo resolverlo? En el caso de los museos
pertenecientes a la UNLP es de gran ayuda la Red de Museos. Tiene un
presupuesto propio que es destinado a la ayuda de los que lo necesitan, y
a esto se le suma la propuesta de colaboración de becarios para
determinados proyectos que duren un tiempo pactado.
En el caso
del museo Etnográfico, cuenta con distintas formas: una de ellas es la
“Asociación Amigos del Museo”, una asociación civil sin fines de lucro
que existe para sostener y apoyar al museo con diversos eventos que se
realizan para recaudar fondos.
Pero lo más engorroso para todos
es perderse en los laberintos burocráticos que exigen cientos de
papeleos por temas que se puede resolver fácilmente.
Con respecto
a las ventajas, en los tres casos existen coincidencias de opinión.
Pertenecer a una institución educativa es un sello de garantía de
continuidad, ya que no se trata de un proyecto con fondos privados que
puede ser cerrado si su dueño lo desea. Ya sea mucho o poco el
presupuesto que se maneje, siempre hay un espacio para la conversación y
negociación sobre la partida que se les dará, pero jamás se discute su
existencia.
Por definición, la universidad es un espacio donde se
producen conocimientos, y en este término los museos no son un simple
espacio de observación, sino que es una piedra fundamental en la
democratización del saber y el hacer. La cantidad de gente que
interviene también garantiza esa práctica democrática, ya que casi todo
tema a tratarse se lleva a debate. Y lo más importante, es tener en
cuenta el derecho de todos al acceso a nuestro patrimonio cultural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario